Nunca deja de sorprenderme la variedad de enfermedades y condiciones que nuestros proveedores abordan en una semana determinada. Contamos con médicos de familia y enfermeras practicantes que generosamente donan su tiempo cada mes, pero también contamos con varios especialistas que también vienen. Durante una clínica diurna, un día frío de primavera, un caballero entró con cuidado por nuestras puertas. Enseguida nuestra enfermera notó que llevaba chanclas cuando había nieve en el suelo. Tenía un problema con las uñas de los pies en ambos pies que le impedía usar zapatos normales. También había estado sin trabajo durante bastante tiempo debido al dedo del pie. Sin cobertura de seguro, visitó nuestra clínica para ver si podía encontrar algún alivio.
La enfermera llamó a nuestro podólogo voluntario, el Dr. Ryan McBride. Fue muy amable al venir a ver solo a un paciente de inmediato. El Dr. McBride pudo abordar las uñas profundamente encarnadas. Después de la visita el hombre se mostró muy agradecido. Pronto podría volver a usar zapatos normales. Podría volver a trabajar. Nuestro personal y nuestros voluntarios simplemente estaban haciendo lo que hacen: brindar ayuda médica compasiva. Recordamos que las dolencias físicas pueden impactar en muchas áreas de la vida del paciente. En este caso, las uñas de los pies impactaron mucho en sus finanzas, ya que ya no podía trabajar. ¡No fue una visita larga a nuestra clínica, pero ese corto tiempo aquí tendrá un efecto duradero para este caballero!
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