Noviembre es una época del año en la que a menudo nos tomamos el tiempo para agradecer todas las bendiciones de nuestras vidas. El Día de Acción de Gracias es mi fiesta favorita. Este año me alentó ver que muchas de las tiendas permanecían cerradas el Día de Acción de Gracias. Podemos tomarnos un día para concentrarnos en la gratitud antes de salir corriendo a las tiendas a comprar regalos de Navidad. Ahora que noviembre está terminando y la temporada navideña está a la vuelta de la esquina, todavía podemos practicar la gratitud. Debemos recordar estar agradecidos durante todo el año.
Abrazar la gratitud durante las temporadas difíciles
En 2018, pasé por una temporada extremadamente difícil en la vida. Me encontré concentrándome con demasiada facilidad en los problemas y mi mente inclinada hacia pensamientos pesimistas. Mis circunstancias difíciles no iban a desaparecer pronto, así que decidí que tenía que hacer algo para combatir esos pensamientos negativos.
Tomé un cuaderno y decidí que cada mañana, mientras hacía mis devocionales, enumeraría cinco cosas por las que estaba agradecido. Esta práctica realmente me ayudó a ver las bendiciones en medio de las luchas y a encontrar alegría en las pequeñas cosas. Avance rápido hasta el día de hoy y estoy a punto de terminar mi segundo cuaderno de gratitud. Puedo revisar esos cuadernos y ver en grandes y pequeños aspectos la fidelidad de Dios durante la temporada más oscura de mi vida y la curación que vino después.
La ciencia sobre ser agradecido
Ese día tomé un cuaderno y no tenía idea de que practicar la gratitud realmente afecta la química de tu cerebro. Ser agradecido aumenta los niveles de serotonina y activa el tronco del encéfalo para producir dopamina. La serotonina y la dopamina son las sustancias químicas que produce el cerebro para sentirse bien.
Las personas que luchan contra la depresión carecen de estas sustancias químicas en el cerebro. Había una razón fisiológica por la que esta pequeña práctica diaria estaba teniendo un impacto en mi vida.
Cuente sus bendiciones, grandes o pequeñas
Algunas mañanas escribí rápidamente cinco cosas. Otras mañanas tenía que sentarme y reflexionar durante unos minutos, pero siempre había al menos cinco bendiciones para contar. Estaban ahí, sólo tenía que tenerles en cuenta. Algunos fueron grandes, como mis dos hijos, el apoyo de mis padres y mi hermana, y el hombre maravilloso que Dios trajo a mi vida. Otros eran pequeños, como esta mañana agradecí un limpiador a vapor. Mi cachorro está aprendiendo a ir al baño y ayer se manchó pintura negra mi alfombra blanca mientras hacía regalos de Navidad caseros con mi hija.
Verá, ser agradecido reformula la forma en que vemos una situación. No me entusiasma el proceso de enseñar a un cachorro a ir al baño ni la pintura de la alfombra, pero con gratitud puedo recordar que tengo una máquina hecha para limpiar esa suciedad. Mi casa tiene electricidad para enchufar el limpiador a vapor. Con el tiempo, mi cachorro aprenderá a ir al baño afuera cada vez (¡que sea pronto, por favor!). Los abuelos serán bendecidos con las manualidades caseras de mi hija. Ella y yo pasamos tiempo de calidad juntos haciendo manualidades, y el tiempo de calidad es su lenguaje de amor. Tantas pequeñas pepitas de bien que podrían haber quedado eclipsadas por las manchas en la alfombra.
Practicar la gratitud no termina en el Día de Acción de Gracias
No perdamos de vista la práctica de la gratitud sólo porque noviembre llega a su fin. Contemos nuestras bendiciones durante todo el año. Enseñemos a nuestro cerebro a ver los fragmentos de alegría y esperanza en medio de las pruebas. Este mundo no es el cielo. Habrá pruebas y desafíos. Si esperamos para practicar la gratitud hasta que la vida sea perfecta y nuestro mundo esté libre de problemas, nunca comenzaremos. Así que comencemos hoy, y que la gratitud de nuestros corazones traiga más esperanza, alegría y amor al mundo.